El senador Miguel Uribe Turbay, precandidato presidencial del Centro Democrático, sufrió un atentado con disparos en la cabeza y pierna mientras participaba en un acto político en el parque El Golfito, localidad de Fontibón. Un menor de 15 años fue detenido en el lugar como presunto autor material, aunque las autoridades buscan a los responsables intelectuales del ataque.
¿Qué ocurrió?
- El incidente sucedió alrededor de las 5 p.m. del 7 de junio, cuando Uribe Turbay se dirigía a simpatizantes. Fue alcanzado por tres disparos, dos de ellos en la cabeza, y uno en la pierna .
- El atacante, un adolescente de 15 años, armado con una pistola tipo Glock, fue arrestado en el lugar .
- Los escoltas respondieron de inmediato y se registró un breve tiroteo. Además, según vídeos, ciudadanos intentaron capturarlo
Estado de salud
- Uribe Turbay fue trasladado inicialmente al Hospital de Engativá, y luego remitido a la Clínica Fundación Santa Fe, donde fue intervenido quirúrgicamente con una operación tanto cerebral como vascular .
- Su estado es crítico, con pronóstico reservado, aunque estabilizado en la “fase subaguda”.
La Fiscalía y Policía inspeccionan múltiples cámaras, han entrevistado testigos y ya cumplieron cuatro capturas, incluido el presunto cabecilla identificado como “El Costeño” (Elder José Arteaga Hernández), de 41 años, sobre quien ofrecen hasta $300 millones de recompensa.
Testimonios indican que “El Costeño” reclutó al menor pistolero. Una mujer de 19 años, conocida como “Gabriela”, confesó haber transportado el arma. Según su relato, el golpazo instruyó al joven a disparar a la cabeza y deshacerse de testigos.
Repercusiones políticas y sociales
- El presidente Gustavo Petro advirtió que no escatimará recursos para esclarecer el caso y ordenó reforzar la seguridad de líderes políticos.
- Su familia prepara una demanda contra Petro por presunto ambiente de odio que habría facilitado el atentado, aunque Petro ya anunció acciones legales por calumnia contra los acusadores.
- El Defensor del Pueblo expresó que es inadmisible traer de regreso una violencia política de pasado oscuro, alertando sobre el debilitamiento de la democracia.